lunes, 17 de marzo de 2014

Guernica (Luanco - Asturias)

Y siguiendo nuestro periplo gastronómico, llegamos a la localidad marinera de Luanco, en Asturias. Sábado soleado y primaveral, ideal para iniciar la jornada a pie del pequeño puerto, donde gente de todas las edades se concentra en torno a las tradicionales sidrerías donde fuimos abriendo boca con unos culines de sidra y unos bígaros. El clima y el ambiente incitaba a cancelar la cita concertada en el restaurante y completar la velada a base de fritos de pescado y marisco fresco, que los "chigreros" despachaban sin descanso en otras mesas. Pero... Tomamos impulso y nos encaminamos sin mirar atrás al cercano establecimiento donde habíamos reservado: el restaurante Guernica.

Playa de Luanco


Entrada al restaurante Guernica
El comedor se encuentra rodeado en su totalidad por un gran ventanal con vistas a la bahía de Luanco, creando un ambiente muy agradable y gran luminosidad.
 
La mayor parte de nosotros nos decantamos por el menú del día, compuesto de un entrante, un primero, un segundo y un postre... Y un vino blanco de Rueda, incluído. Hubo gente que prefirió pedir de la carta, por lo que también os contaremos algún detalle sobre su elección.

El entrante: crema de marisco o guisantes con jamón y huevo escalfado. De la primera podemos decir que tiene ese sabor a mar que uno se espera cuando pone un pie en Luanco, con la textura adecuada y un ligero picor que queda en la garganta como crédito del uso de buena materia prima. Además, dejan la sopera en la mesa y uno puede repetir hasta vaciarla  (en nuestro caso no fuimos capaces). De los guisantes no puedo hablar en primera persona, pero os puedo decir que no quedó ni uno solo en el plato de la foto. El detalle del huevo, demasiado pasado, quizá le resta un punto a este plato.

Guisantes con jamón y huevo escalfado
Crema de marisco


Primer plato: fabada o patatinas con pulpo. Estando en Asturias, parece muy fácil la elección de la fabada, aunque por tratarse de Luanco, pudo más el hecho de ser un pueblo marinero y todos los comensales preferimos probar las patatinas. Al igual que con la crema de marisco, nos trajeron una buena fuente y un cazo para repartir a discreción. Del plato a destacar el punto óptimo de las patatas, y a mejorar la cantidad de pulpo (los menos afortunados apenas probaron 3 ó 4 tajadas. Personalmente me esperaba un caldo más trabado, con más cuerpo y más ligado con las patatas... En fin, trataremos de probar el mismo plato en otros lugares de la zona porque seguro que encontramos mil formas de hacerlo y alguna más acorde a nuestro gusto.

Patatinas con pulpo

Segundo plato: jabalí guisado con patatinas ó merluza gratinada con alioli. Sin duda lo mejor del menú bajo mi punto de vista, fue la merluza. Sin guardar demasiada elaboración, se agradece la calidad del pescado, que complementa su frescura con el gratén perfecto de horno. Al contrario que en el entrante y el primer plato, aquí la ración era más bien escasa. Del jabalí os adjunto foto, aunque no lo probé personalmente. Tampoco se escucharon voces a favor ni en contra así que nos mantenemos neutros en este sentido. 
 
Estofado de jabalí con patatinas

Merluza gratinada con alioli

Otros platos de carta: 

  - Parrochas fritas con jamón: nuevamente un plato de pescado que resultó un éxito. La frescura de la materia prima es la clave del plato, y la fritura es fina y complementa a la perfección

  - Bacalao del Cantábrico a la espalda: no es muy habitual encontrar este tipo de pescado, de hecho nos lo ofrecieron fuera de carta. En línea con lo esperado, el producto fresco es una apuesta segura e imagino que para los amantes del bacalao esta sería una buena piedra de toque para calibrar la cocina. No me encuentro en ese grupo de gente, y lo que os puedo decir es que no lo encontré nada especial, aunque puede deberse a mi escasa experiencia "bacalaera"

Parrochinas fritas con jamón

Bacalao del Cantábrico a la espalda

De postre nos recomendaron probar la tarta caliente de manzana con crema de natillas, que hay que pedir con antelación por su tiempo de elaboración. La verdad es que sorprende la presentación y composición del plato. Es bastante contundente y da para compartir entre dos personas. Si os gustan las tartas de manzana no podéis dejar de probar esta, realmente original y muy rica. También probamos un refrescante sorbete de mandarina con el menú, aunque sin punto de comparación con el anterior.

Tarta caliente de manzana con crema de natillas
Sorbete de Mandarina


Tras unos cafés y unos digestivos aún permanecimos de tertulia en la mesa durante un par de horas. Y es que el tiempo corre que vuela cuando uno está a gusto en un sitio, recibiendo una excelente atención... Y  con la bahia de Luanco a dos palmos de su silla.

En resumen, y como conclusión de nuestra visita a Guernica, me quedo con sensación de que la selección del menú no es la opción adecuada si uno quiere conocer la oferta de calidad de su cocina. La calidad y frescura de sus platos de pescado invitan a olvidarse de las "obligaciones" del menú y darse un homenaje de "libertad" con la merluza, la lubina, el xargo, el rape... Y por qué no, probar las fabes asturianas, o con almejas o sus arroces... Para concluir con la tarta de manzana o un arroz con leche.  

Ese es mi consejo para el viajero gastronómico; eso sí, no penséis que os saldrá barato. La opción de comer de carta fácilmente se os pondrá por encima de 40 euros por cabeza si lo acompañais con vino. Si no, siempre tendréis un socorrido, suculento y correcto menú de 4 platos por poco más de 25€.

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